miércoles, 25 de marzo de 2009

OBESIDAD INFANTIL



Barbie, Superman o los piratas de Playmobil están en la mente de todos como parte de la infancia. Por eso han sido elegidos por una organización para una campaña con el eslogan "Aleja la obesidad infantil de tus hijos".
Los muñecos en versión XXL han sido utilizados por la organización americana Active Life Movement
Acostumbrados a ver la estilizada figura de la mítica muñeca rubia nos sorprende verla con una gran papada delante del portátil que sostiene sobre sus michelines.
Lo mismo sucede con un superman sedentario frente a la tele con el mando en una mano y un helado en otra.
Otro de los ejemplos lo forman los piratas de playmobil que apuran un muslo de pollo en la cubierta del barco.
Actualmente la tasa de sobrepeso y obesidad en menores de cinco años se ha duplicado en la última década, según la Encuesta Nacional de Salud 2008; ha ascendido a 9.4 por ciento, en niños varones, y en 8.7 por ciento en niñas, colocando a este grupo de edad en el primer lugar de casos nuevos.


Este fenómeno social, se debe principalmente porque se encuentra latente y en aumento, tanto en el mundo, como en nuestro país, y podemos observar que afecta a cualquier tipo de persona sin importar su condición social ni rango etáreo.
Ejemplos claro de este tema se pueden visualizar tanto en los hogares, los establecimientos educacionales y los lugares de trabajos de los individuos los cuales comienzan desde muy temprana edad, es por esto, que tanto la familia como los educadores deben luchar constantemente para inculcar a las personas desde pequeños una manera adecuada y saludable de ingerir diversos alimentos, para tener una mejor calidad de vida a futuro.
Los malos hábitos alimenticios son una de las causas fundamentales por la cual se produce la obesidad infantil, ya que no se tiene interiorizada una adecuada educación nutricional, debido a los distintos factores que nos proporciona el medio en que estamos insertos, con los cuales nos relacionamos a diario.
Es posible encontrar una amplia gama de los factores que influyen en el desarrollo de la obesidad infantil, como lo es el caso de: aspectos genéticos, medio ambientales, de carácter neuroendocrino, los psicológicos, la poca actividad física, las características fisiológicas, pero sin lugar a dudas hay algo más potente que nos afecta de forma permanente en la cotidianeidad de nuestra vida y a la población completa, que se alimenta durante el día, con esto hacemos referencia a los equivocados hábitos alimenticios que desarrollamos a lo largo de nuestra vida.
Desde la niñez los pequeños comienzan a internalizar los hábitos alimenticios que le proporcionan tanto la familia como los educadores, es por esto, que la familia como es el núcleo más cercano, es un pilar fundamental en la enseñanza, ya que se encuentra en constante interacción con sus hijos.
Ahora bien, si les entregan de forma errada los hábitos alimenticios se logrará que los niños consuman de forma descontrolada los alimentos, lo que deriva en un desequilibrio nutricional, ya que, nos encontramos con un menú el cual presenta un alto porcentaje de azucares y grasas y un bajo porcentaje de carbohidratos, vitaminas y proteínas, afectándose así la calidad de la comida consumimos.
Por otra parte hay muchos estudiantes que no llevan una rutina u orden en la comida, lo que hace que muchas veces la omitan y esto no es beneficioso para su salud, porque, la comida debe tener su lugar, su hora y su control.
Es sabido por todos que el desayuno es la principal comida que debemos ingerir en el día, ya que, nos otorga energía para funcionar y rendir en nuestra jornada. Encontramos un dato alarmante, el que da a conocer que “el 8% de los niños acude a la escuela sin haber desayunado.
Como hace unos años atrás las horas de estudio en los establecimientos educacionales se extendieron, hace que en los niños haya una fuerte atracción por la “comida chatarra, golosinas y gaseosas” y todo esto debido a que, los niños no se encuentran en compañía de sus padres y están en libertad de acción al momento de elegir algo para alimentarse, en que los apoderados están realizando diversas tareas, tanto en lo laboral como domestico y les es mucho más cómodo entregar comida rápida a sus hijos.
Y todo lo que tiene relación con la venta o fabricación de la comida chatarra los niños la conocen porque los diferentes medios de comunicación la tramiten por medio de la publicidad, logrando así captar o persuadir a los futuros clientes que serán los niños, los cuales se motivan y los compran al ver sus slogan, colores, diseños y promociones.

A partir de lo mencionado y todo lo que sucede en los recreos u horas de almuerzo en los establecimientos educacionales, es primordial que los docentes se interioricen en la dieta alimenticia que llevan los alumnos, la supervisemos y corrijamos si es necesario, tomando medidas al respecto y una de las cuales tendría cambios inmediatos seria, suspender la venta
de golosinas y chatarra e instalar dependencias alimenticias donde abunden alimentos saludables como es el caso de las frutas y verduras para instaurar una vida más sana, lo que lleva a una mejor nutrción en nuestra vida.

Con el correr de del tiempo, empezaron a aparecer tanto la modernidad como la competitividad y con ello surge todo lo relacionado a los alimentos envasados, los pre-cocidos, las costumbres foráneas de alimentos adictivos, ricos en sabor y grasas saturadas, los cuales tenían como función el poder adquirir mucho más rápido algún menú, lo que derivo en que posteriormente se hayan relegado a segundo plano a las vitaminas, carbohidratos y todos los alimentos que conforman una dieta balanceada y nutritiva.


Todos deberíamos volver a nuestras raíces en relación a los alimentos y ayudar para que la obesidad infantil no se siga propagando ni vaya en alza en las generaciones futuras, ni en las que por estos días estamos formando, ya sea al relacionarnos e interactuar tanto en la familia como en los establecimientos educacionales, ya que, en estos contextos es donde más pasa el tiempo el ser humano y se ve influenciado por una gran gama de estímulos que otorga el ambiente y la interacción que tenemos con él, siendo muchas veces perjudiciales para nuestra salud.
Gudiño Oliva
Díaz López

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